4 de diciembre de 2012

38 minutos

Hace ya año y medio que para dirigirme al trabajo abandoné el coche y me convertí en fiel usuario del tren de cercanías . El cambio acabó proporcionando más pedigrí a mi calidad de vida. Sin lugar a dudas, salí ganando. Logré reducir las dosis de ansiedad a mi quehacer diario. Dejar el coche descansando en su plaza de garaje y coger el tren ha significado eludir el tedio de los embotellamientos, librarme de la falta de civismo de la mayoría de los conductores y evitar el agobio ante la ausencia de aparcamientos. Casi nada.

Pero no ha comportado sólo eso.

Gracias al C-1 he logrado ganarle al día 38 minutos, 19 a la ida y 19 a la vuelta, para dedicarlos a una de las mayores de mis pasiones: la lectura. De la misma manera que si al pintor se le ofreciera en el vagón la posibilidad franca de gozar sacando un lienzo y un pincel, o que al apasionado del fútbol le sorprendiera una pantalla LED full HD de 60 pulgadas emitiendo un Madrid-Barça, yo cuento con el privilegio de poder abrir un libro y enfrascarme en una hermosa historia.

Estos 38 minutos al día, estos pequeños trayectos de cercanías, han permitido deleitarme con la lectura de algunos de los mejores libros que jamás he leído, El barón rampante, de Italo Calvino, Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, de David Foster Wallace, En la carretera, de Jack Kerouac, etc. Pero también las lecturas ferroviarias me han jugado malas pasadas, todo hay que decirlo, como el día que sumergido en un libro sobre la vida y obra de Keynes (esto pide otro post), intentando alcanzar el arcano de conceptos técnicos como "demanda agregada", me pasé de estación y llegué hasta Utrera. Ups.


  A pesar de ese desafortunado accidente, son mayores las ventajas que los inconvenientes, así que si alguien de los dos que leéis este blog tiene la opción de elegir entre coche o tren, no lo dudes, coge el tren, y un buen libro.

3 comentarios:

weiss dijo...

El tren, siempre el tren, es mi medio de transporte favorito. ¿Acaso hay alguno más romántico y novelesco?

Unknown dijo...


Acaso actualmente la bici con todo el rollo del carril-bici y eso esté desplazando al tren como medio de transporte alternativo,romántico y novelesco, pero yo, como tú, soy más de tren.
Larga vida al tren, Ernie!!

weiss dijo...

¡¡Larga vida!!