17 de enero de 2013

Joseph Anton, oda a la libertad de expresión



Joseph Anton, de Salman Rushdie ( Mondadori, 686 págs.), son las memorias del autor anglo-indio donde narra de forma pormenorizada el infierno que sufrió durante los años en los que estuvo vigente la amenaza de muerte por la fetua contra él decretada por Jomeini el día de San Valentín de 1989.
 
La publicación de la novela Los versos satánicos concentró sobre el escritor la atención de los que leen los textos sagrados con un cinto cargado de explosivos alrededor del vientre. Se puso en marcha La Operación Malaquita organizada por los servicios secretos británicos y bajo la máxima << debes vivir hasta que mueras >> Rushdie  luchó por mantener unida a su familia, por frecuentar a sus amigos, se negó a abandonar el mundo de los libros, se empeñó en continuar escribiendo y soñando, y se dedicó a hacer presión sobre los políticos que partían el bacalao de la gobernanza mundial para que apoyasen su causa: la defensa a ultranza de la libertad de expresión.

No son estas las primeras memorias narradas en tercera persona, no es la primera autobiografía novelada que logra incrementar el interés del lector por las peripecias del autor transfigurado en personaje, pero sí que en Joseph Anton el recurso al narrador interpuesto confiere al texto una enorme profundidad emotiva, contagiando al lector la ignominia, la verguenza que rezuma la distancia que separa el nombre real del autor, Salman Rushdie, del alias que se vio obligado a adoptar para conservar su vida, Joseph (Conrad) Anton (Chejov). Salman Rushdie significa Occidente, sociedad abierta, valores democráticos, libertad de expresión y luz. Joseph Anton, por el contrario es el hijo deforme del fanatismo, la barbarie y las tinieblas. 
 
En definitiva, Joseph Anton es un hermoso libro no solo porque uno-de-los-eternos-candidatos-al-Nobel se desnuda y nos brinda en una prosa honda, sencilla, descarnada, un cuaderno de bitácora sobre su odisea particular, sino también porque después de su lectura nos reafirma en la idea de lo único que los miembros de las sociedades civilizadas estamos obligados a defender sin fisuras: la libertad.
 
A continuación muestro alguna de las joyas encontradas en el libro:
 
[Con frecuencia pensaba que la crisis era como una luz intensa que iluminaba las decisiones y actos de todos, creando un mundo sin sombras, un lugar inequívoco y descarnado de acciones correctas e incorrectas, decisiones buenas y malas, sí y no, fortaleza y debilidad. En ese áspero resplandor, algunos editores ofrecieron una imagen heroica mientras otros ofrecieron una imagen timorata]
 
[Los amigos son la familia que uno elige]
 
[Una sociedad libre no es plácida, sino turbulenta. El bazar de los puntos de vista en conflicto es el lugar donde resuena la libertad]


 


2 comentarios:

weiss dijo...

Suena interesante, me lo apunto, a ver si así conozco de cerca algo de la obra de este eterno-candidato-al-nobel. Me gusta especialmente ese tercer extracto: "Una sociedad libre no es plácida, sino turbulenta. El bazar de los puntos de vista en conflicto es el lugar donde resuena la libertad". ¡A la lista!

Unknown dijo...


Si el banquillo de libros por leer no lo tienes muy saturado, haces bien en hacerle hueco a Joseph Anton. Ya me contarás.