5 de marzo de 2013

Mirando hacia el lugar equivocado




He seguido el reciente Debate sobre el Estado de la Nación con la desagradable sensación de estar mirando hacia el lugar equivocado, con la certeza de que los debates verdaderamente importantes y que la adopción de las decisiones que  nos afectan a todos se producen a muchos kilómetros de distancia de  la castiza Carrera de San Jerónimo.

Y es que desde el Congreso de los Diputados me temo que se abordan los problemas  que acucian a la sociedad desde un enfoque doméstico, desde una perspectiva que se circunscribe únicamente a lo que sucede dentro del territorio español, lo cual me parece que supone una cortedad de miras y un anacronismo que debe ser definitivamente superado en cuanto que esta forma de actuación se revela manifiestamente insuficiente para encontrar respuestas a preguntas que son globales y para afrontar los retos que desde hace ya tiempo presentan decididamente una dimensión mundial.


Es en Bruselas,  es en el G-20, en el Foro Económico de Davos, en la Cumbre Iberoamericana, es en este tipo de foros internacionales donde se le hinca el diente a la realidad en su dimensión global, donde se discuten los problemas globales y donde se adoptan las pautas que marcan el camino que el mundo ha de seguir, y son por tanto estos los foros que deben centrar nuestro vivo interés y no distraer nuestra atención sobre el desarrollo de debates nacionales que únicamente sirven para darle cierto color local a discusiones que han sido tratadas anteriormente en instancias políticas de carácter internacional.

Me ha quedado un poco tostón el post, sí, e incluso un poco ininteligible, pero no he podido evitar el hecho de intentar plasmar en el blog el convencimiento de que sólo seremos capaces de aprehender la realidad que nos rodea si dejamos de mirar hacia los lugares equivocados.

4 comentarios:

weiss dijo...

A mí es que me da cierto vértigo cívico comprobar lo lejos que nos quedan a los ciudadanos esos foros en los que se juega la partida de la política y la economía global. La legitimidad democrática -que la tienen- queda muy difusa en organismos como el G20, la ONU o el Banco Mundial, instituciones reconocidas por los gobiernos que a su vez han "reconocido" los ciudadanos de los respectivos países que los componen. Pero caen tan lejos... Lo peor es que tampoco se me ocurre una alternativa más convincente. Soy un demócrata genuinamente churchilliano.

Unknown dijo...


Efectivamente Ernesto, ese es otro debate, la legitimidad democrática y la opacidad y falta de transparencia que suele rodear a la celebración de este tipo de foros internacionales. No obstante lo anterior, nos guste o no nos guste,la realidad es que es ahí donde, como tú bien dices, "se juega la partida de la política y la economía global". Es por esto que pienso que resulta estéril hacer desde los Parlamentos nacionales enfoques parciales de problemas que son globales desde hace ya mucho tiempo.

weiss dijo...

Y ya no te digo desde los regionales...

Unknown dijo...


Buff...

Sin comentarios.